Posts etiquetados ‘Sexo’

El mundo se desmorona.STOP. Las princesas se bajan de sus zapatos y los príncipes esconden la corona. STOP. El corazón que me dio el mago de Oz está dando problemas. STOP. No encuentro gente con cremosidad espiritual. STOP.  Cuenta la leyenda que cuando no puedes dormir por la noche es porque estás en los sueños de otra persona; gilipollez de almanaque. STOP.  Kundera decía que los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también. STOP. Siempre es un placer escuchar a The Mission. STOP. La palabra «sureñidad», muy a mi pesar,  no está en la RAE. STOP. Todo el mundo debería leer «Leaves of Grass» de Walt Whitman. STOP.  He aprendido que lo malo de prestar atención es que no siempre te la devuelven. STOP.  Dicen las encuestas que el 77% de las chicas piensan que son feas. Yo creo que el 100% no lo son. STOP. Cuando más trabajo más tengo claro que el poder va por un lado y la realidad por otro. STOP. Sigo manteniendo la habilidad de hacer nudos a los rabos de las cerezas con la lengua. STOP. Me gusta la gente que tengo en WhatsApp y todo lo que me aportan. Incluso los que sólo se comunican por iconos. STOP. Un consejo aplicable a casi cualquier faceta de la vidal: nunca tendrás lo que merezcas, tendrás lo que negocies. STOP. Paletos, paletos everywhere; apestamos a ruralidad y a rancio: sólo hay que entrar en un Zara o en cualquier garito que nombren en televisión. STOP. Sí, eres guapo pero bajito. STOP. Murió Fraga, murió Carrillo, muere Chávez, Fidel wins. STOP. En todas las monarquías han existido amantes, sólo se diferencian en el gusto de la pieza a elegir. STOP.  Si no has visto Black Mirror, a qué coño esperas?; si no te ha gustado, hazte un escáner y un test de Rorschach por si acaso: lo tuyo no es normal. STOP. Sí, esa falda te hace gorda. STOP. Ah… tú preguntaste. STOP. Me gusta cuando todo se derrumba a mi alrededor; me excita el olor de lo inesperado y el desastre. STOP. Para mí la adversidad es un chute de oxígeno que me hace sentir viva. Por eso me fascina la sordidez: mugre emocional bajo las uñas y en las sábanas. STOP. Por fin ha vuelto Bowie; y sigue grande, muy grande. STOP. Los planos  del rostro de Blanca Suárez, y las gilipolleces de Javier Cámara y Carlos Areces son lo único que merece la pena de la última de Almodóvar, «Los Amantes Pasajeros»; el resto, puedes dormitar cómodamente en tu butaca. STOP. Tengo más hambre de sensaciones que nunca, y eso es bueno pero también muy peligroso; nada como querer descubrir para meterte en el callejón más oscuro. STOP. Cuando nadie te espera, irse cuesta mucho más. STOP. Ahora mismo tengo 38’7 de fiebre y algunos escalofríos. STOP. Siempre tendré debilidad por Poe y Wilde. STOP. A veces me gusta sentirme a la deriva porque la necesidad  motiva y te hace sacar la cabeza del barro. STOP. Mirando los libros de contabilidad me encuentro con que la vida me debe 5 años y algunos meses; quizá tenga que desahuciarla. STOP. A mi famosa frase de «única donante de corazón viva» puedo añadir la de «discapacitada emocional». STOP. Mi amigo Martin me confesó hace tiempo que  le hice correrse con un chupetón en el cuello; teníamos 17 años. STOP. He ido a un médico y he salido con 4646 €  menos. STOP. No te quedes con alguien sólo porque te da paz o cocina bien; quédate con alguien que te vuelva la piel y mente del revés y que nunca te haga promesas adulteradas. STOP. O quédate con alguien que folle bien, que te haga sentir sucia y satisfecha y que  te haga comer todos aquellos «yo jamás haré…». STOP.  Yo pruebo, arriesgo, aventuro. STOP. Nuevo tipo excitante: Rafa Spunky. Tremendísimo (con el permiso del señor Carlos Berlanga) . STOP.  Puede que esté del lado de los ángeles, pero no soy uno de ellos… STOP.

«…Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
no se alzará…¡nunca más!»

Llevo como 15 minutos escuchando a un grupo que muchos conocéis. Guitarras rompiendo el final del día y una voz bastante cascada que eleva al mismo ritmo mis niveles de mala leche y perversión. Estoy inquieta, efervescente, hambrienta de no sé el qué.  Quizá sea la llegada del frío. Al contrario que la mayoría de humanos que prefieren el calor, yo disfruto de las bajas temperaturas y creo que el frío es una sensación mucho más reconfortante.  El frío es atractivo, da mucho juego y su fauna somos para echarnos de comer aparte.

Es como los viernes. La gente liga y sale los sábados. Yo siempre he preferido los viernes de invierno. Observad qué bien suena, «los viernes de invierno». Si te pones cachondo sólo con pronunciarlo… Recuerdo una fría noche de viernes sentada en una acera con los tacones en la falda y mirando las uñas rojas de mis pies a través de las medias. Borrachera monumental, claro. De esas de empezar a las 5 de la tarde y a las 4 de la mañana seguir pidiendo Jack Daniel’s como una reina. De esa noche recuerdo a Pedro, de pie, a mi lado, preocupado porque a pesar de la borrachera la conversación era de lo más coherente. Enrique estaba apoyado en la pared de atrás a ratos vomitando y a ratos metiéndose en la charla con citas de Chomsky. Recuerdo los ojos verdes de Pedro y ese instinto paternal que no podía evitar: los más golfos son los más preocupados cuando se hacen mayores. La madrugada se quería ir a la cama con los 3 y nosotros queríamos dormir solos.  He triunfado todas las noches de viernes pero muchas de ellas he elegido a mis amigos, porque lo mejor no es ganar, sino saber que puedes ganar. Lleva esta frase al terreno de los depredadores de fluidos y verás que tengo razón.  Al fin y al cabo hay más babas que buenas conversaciones y por tanto, éstas tienen un valor incalculable.

La rutina sigue siendo preciosa y azul.  Aunque siempre descubres un segundo, eterno, increíble, en el que tenemos la certeza de que todo irá bien. Que cada día será un nuevo comienzo y no habrá lunes que se nos resista. Pero al rato me descubro imaginando vidas  en los cuadros del salón, y cuando todo pierde sentido me esfuerzo en buscar señales en paredes, autopistas, libros, películas, y personas.  

Recuerdo un monólogo de  la película «Jeux d’enfants«, muy intenso, que me recuerda a sueños que he tenido últimamente:

«Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, qué gozada, era lo mejor del mundo… Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que el costo, coca, crack, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis… Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas… Mejor que la nocilla y los batidos de plátano… Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenio… Mejor que los andares de Emma Pill, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford… Mejor que la cara B de Abbey Road, los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que Woodstock y sus fiestas mas orgásmicas…mejor que los excesos del Marqués de Sade, Rimbaud, Morrison y Castaneda… Mejor que la libertad… Mejor que la vida.»

Definitivamente, Octubre no ha empezado bien, lo que significa que acabará aún mejor.

P.d. Cántame este tema de Cohen y haré realidad todos tus deseos.

P.d2. Sí. Esos también…

He dejado el WoW hace un rato y me he dado una ducha de esas cortas y medio heladas que tan bien sientan, y ahora, mientras se me seca el pelo al lado de la terraza, refugiada en la silla, con una coca cola zero al lado y música -siempre música- de fondo he empezado a teclear.

Ya empieza a hacer calor del bueno. De ese que te deja noches como ésta, espesa como un blues. Mi vecino del tercero también está en la terraza con su portátil.  Se oyen los avisos de su msn cada pocos minutos.  Creo que tiene una intensa vida amorosa porque cada vez los intervalos entre aviso y aviso son menores.  Cuando me lo cruzo en el ascensor, aparte de sonreirnos mutuamente, me dan ganas de decirle «eh, pásate al WhatsApp y actualízate», pero en el fondo le entiendo porque yo sigo usando msn para mi gente de toda la vida.  Es como ese  sitio al que vas a tomarte la primera copa de la noche por tradición, aunque sea cutre y pasado de moda.

Ayer mirando el calendario me acordé de mi primer novio. Y recordando momentos y sensaciones, llegué a la conclusión de que a nosotros no nos unió el amor sino el deseo. El deseo de la piel y de comernos a mordiscos en cuanto nos veíamos. El conectar con alguien y que te suba la fiebre por cada centímetro de la piel. Que te toque y le quemes, que le mires y te haga daño. Que te muerdas el labio inferior con tanta fuerza que notes el sabor de la sangre y que su forma de jadear retumbe en tu cabeza cuando te ha dejado en casa.

Hace poco nos vimos y hablando del pasado me dijo «cuando te miraba, se me aguaban los ojos y se me enchinaba la piel». Y me pareció tan grande como cualquier «te quiero».  Por eso, no sé por qué el amor debe tener más valor que el sexo.  Supongo que muchos me vais a decir eso de «el sexo se acaba y el amor no». Mentira total y absurda. Por supuesto que creo en el amor. Pero no en la idea de amor que me ha vendido Disney.  Supongo que en el fondo no dejamos de ser primates evolucionados -se supone eh?- que buscamos una pareja más o menos afín con la que perpetuar la especie. Aunque yo creo que actualmente, y viendo el auge de las redes sociales, creo que hemos cambiado el «perpetuar la especie» por un «no quiero estar sólo». Por eso en los perfiles sociales la gente se esfuerza en venderse como «simpático, tranquilo, me gusta la naturaleza y viajar» aunque no hayan pisado un monte en su vida y su viaje más lejano haya sido a la discoteca del extraradio.

Es siempre el mismo cuento. Y por eso hay que saber lidiar con las asperezas, las puestas a punto, los ideales a los que dijiste «chao» sin siquiera darte cuenta. Están los libros que otros dejaron pero es seguro que de quedar algo, si algo al final resulta y queda, no será el papel, ni las letras, y casi diría que ni el lenguaje, ese código cotidiano que todos usamos sin fijarnos en el simple milagro que eso supone. Cosas simples como decir «te quiero» y que él/ella te entienda, sepa a qué te refieres, y te deje en un beso todas las respuestas que cualquier animal, por primario que sea, también se pregunta.

Por eso, nunca vuelvas a casa si no tienes una buena razón para dormir, el cansancio no cuenta, las fuerzas siempre dan para un paso más del que das por perdido, los sueños valen más si abres los ojos, la pornografía desgasta, sobre todo la imaginación, y el péndulo de rutina en el que decides cortarte no te servirá de nada, las agujas del reloj son esa droga que todos decían «cuidado al probarla, puedes engancharte», y al final la resaca es un bálsamo de cristal ignífugo donde piensas que todo vale, aunque sepas que no.

Pero a veces pasa lo contrario. Aparece alguien por casualidad -y sin causalidad aparente- y te medio rompe los esquemas. Alguien  que te tintinea un par de veces al día. Alguien a quien morderías toda la noche y a quien querrías seguir viendo por la mañana. Curioso, verdad? Como «Le Male» de Gaultier, que hace que te vuelvas por la calle…

Ayer decía Simpulso en Twitter: «Soy fiel hasta que otra me obligue a lo contrario.» Qué grande. De verdad.

 

P.d. A mi vecino le debe ir bien su vida amorosa via mns: ahora le oigo reírse por lo bajito entre sonido y sonido de «nuevo mensaje».

P.d2. Del 4 al 7 de agosto, tengo una boda en Andria, en Italia. La invitación tiene, a parte de los datos habituales, una especie de nota:

«Tengo entre mis labios

tus labios, entre mis manos

tus manos y entre mis piernas,

tus piernas.

Te tengo a ti

entre mi cuerpo y el cielo,

entre la tierra y el universo».

No me digáis que no es «carnal». Me encanta como ese texto puede ir incrustado en una ceremonia extremadamente católica. Los placeres de la carne por encima del fervor religioso. A mí ya sabéis que las iglesias me dan ganas de follar…

Siempre sigo los festivales de cine de terror y fantástico, aunque es verdad que prefiero el terror. Desgraciadamente, hace muuucho que una película no me emociona y la mayoría de cosas que veo llevan años inventadas. Hay gente que cree que el gore se ha creado ahora, pero lleva años existiendo. Supongo que la mayoría habéis visto obras maestras como «El diablo metió la mano» o » Braindead». Bien. Pues ha llegado el momento de ver una nueva obra maestra.  Una joya llamada «A Serbian Film».

Aviso. Es polémica. No os va a gustar. Pensaréis que el director, Srdjan Spasojevic,  es un enfermo.  Algunos incluso diréis que brutal, ilegal, gore, paranoica, snuff, porno, aberrante etc. Y todos tendréis razón. Pero es lo que hay. Puedes verla o dejarla pasar. Yo leí acerca de ella viendo las crónicas del festival de cine de Sitges.  Casi todo el mundo la calificaba como «brutalidad extrema pero fascinante». Poco después, me llegan comentarios, rumores, consultas por msn e incluso debates televisivos donde la gente defiende y acusa sobre la temática y su director. Parece ser que hay una escena en la película realmente brutal, desgarradora y de dudosa moralidad. Y la hay. Vaya si la hay.

En un conocido magazine de la cadena amiga, se dijo que el director era un enfermo y que debería prohibirse la emisión de la película. Que nadie sabe realmente si esa -y otras escenas igualmente extremas- son o no reales.  Empieza la lucha por televisiones, radios, foros y demás entre los fans y detractores del film. El director es incluso agredido en la calle por gente que le llama «enfermo mental» y «depravado». Incluso por gente que no la ha visto; simplemente por «lo que he oído por ahí» (dios nos salve del jurado popular).

Para poder opinar por mí misma, he visto la película en V.O. original con subtítulos en inglés.  Es un descenso brutal y absoluto hacia los instintos más bajos y pervertidos que puede tener un ser humano. No sólo hay escenas de sexo y desnudos por todas partes. En la película se dan cita todas las «filias» que podáis encontrar en el diccionario. Pero no os quedéis sólo con eso: detrás hay una historia truculenta y cruda. Un thriller que te mantiene en vilo hasta el impactante final sin poder apartar los ojos de la pantalla.

Eso sí. Te hiere la sensibilidad profundamente y hace que determinados principios se te tambaleen. Reconozco que la vi por puro morbo. Por cruzar esa línea que nos mantiene alejados de la brutalidad más primitiva. Por saber qué tipo de sensación me produciría ver determinadas escenas. Porque si me dan asco… se supone que soy normal. Pero si las observo con la fascinación que produce una mente abierta, qué soy? una depravada como su director??.  Me he involucrado y la he entendido, lo cual ha desatado aún más los instintos y prejuicios que tenía por ahí dormidos. Reconozco que he disfrutado enormemente con algunas de las escenas más sádicas, al igual que sé que otros disfrutarán de las escenas sexuales más explícitas mientras se masturban viéndola. En este primer pase, no he llegado a eso. Ya veremos qué pasa si la veo de nuevo.

Mi crítica negativa es para su ritmo, que a veces es demasiado lento y para algunas de sus escenas. Creo que podrían haber sido mucho más reales, pero también soy consciente que de esta manera te hacen pensar que no es real. Ojo… digo «pensar». Otra cosa es que sí lo sea. Y con el tiempo tengo claro que será catalogada como «película de culto».

Si tuviera que definirla: perturbadora, enfermiza, incómoda y fascinante. Pero me sigo quedando con «Irreversible» de Gaspar Noel, e interpretada por Mónica Bellucci y Vincent Cassel.

Dos momentos:

– «¿Eso significa que tendré que chupársela a un burro para conseguir trabajo?
-No es tan malo como parece, créeme.»

– «Una extraña clase de monjes meten siete cabritos adultos en una cabaña durante el verano. Los dejan un mes, hasta que sus pelotas son como melones. Cuando se ponen muy calientes, comienzan a follarse unos a otros. Los monjes sacan el semen ensangrentado y seco de sus pelotas y lo mezclan con leche. Hacen la mejor sopa de pan que existe. Tu eres mi cabrito, Milos. Yo soy tu monje.»

Aquí os dejo el trailer. Os insisto: abstenerse personas no habituales de este cine. Aunque… a mí determinados programas de televisión me parecen mucho más deleznables que esta película.

P.d. Curiosa la BSO de Wikluh Sky…

P.d2. Lo de Dragó follándose a las dos japonesitas de 13 años, sí que es aberrante… porque… ese hombre con el cuerpo arrugado que tiene, que en vez de piel tiene un pergamino… Lo siento por las japonesas.

Estoy febril. Bronquitis dice un papel que está encima de la mesa. Tengo los labios agrietados, la piel traslúcida y las ojeras marcadas, y no paro de pensar que las escaleras son interminables, si no hay quien te espere después.

Quiero que sea más alto que yo y de mirada huidiza. Que se peine con los dedos, y que nunca sonría por la calle, hasta verme a mí. Quiero que me haga sentir que no estoy desaprovechando mi vida porque es muy corta. Que me haga fotos cuando estoy dormida después de haberle mordido los labios y la piel. Y si fuma, que sea muy poco, y que sepa tocar cuatro canciones con la guitarra. Quiero que sea generoso porque puede, no por obligación. Que me despeine el flequillo y que recuerde que no me gusta que me toquen el pelo. Que me deje contarle los lunares, me abrace por detrás y me haga sonrojar y sonreír. Quiero que me abra las piernas, no el cielo: pero que lo haga cada noche. Quiero que sepa mentirme. Quiero que no me importen sus mentiras porque se deja su alma cuando está conmigo. Quiero que tenga sangre en las venas. Quiero que me grite lo puta que soy cuando le abandono. Quiero un poco de épica. Quiero que le dé igual lo que yo haga cuando no esté con él porque sabe que no voy a encontrar a nadie mejor. Que me proponga un «vámonos lejos». Quiero que me tiemblen las rodillas cuando me agarra la nuca.

Pero sabes qué pasa? Que cuando buscas, nunca encuentras…


RAINMAKERS…

Publicado: 28 abril 2010 en La Rebelión De Las Masas
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– 19 son los rotuladores que ruedan encima de la mesa del trabajo.

– 2 son los móviles que tengo.

– 4330 son los puntos por logros que tengo en el Wow

– 164 son los sms que tengo en «recibidos» en uno de los móviles.

– 28582 son las visitas actuales de este blog. La última vez que escribí sobre números fueron 16305. Echad cuentas.

– 3 son las minas con las que siempre recargo el Staedtler de 0.5 con el que suelo escribir.

– 24 grados son los que hay ahora mismo en la calle.

– 49 días son los días que faltan para el concierto de Muse

– 16.2 y 21 cm es lo que miden 2 cicatrices que tengo.

– 4 son los libros que tengo empezados.

– 16 emails tengo por contestar.

– 3 son las veces que, como mínimo, me gusta llegar al orgasmo.

– 1 canción que me ha regalado Algor exactamente a la 1:08 am de hoy.

– 430 es el nº que pone en mi goma de borrar.

– 1 cola cao me he tomado para empezar el día.

– 3-0 espero que sean los goles que le meta esta noche el Barça al Inter.

– 18 € me gasté ayer en 2 taxis. Trayecto de ida y vuelta, menos de 10 minutos de duración.

– ∞ es el número de sensaciones que percibo cuando salgo a la calle.

– 4 son las personas que acaban de conectarse al messenger.

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MEJOR NOTA DEL «ANÓTAME» DE MENÉAME:

«Si pego a José Tomás y a Marilyn Manson… ¿doy hostias a diestro y siniestro?»

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Hoy es una de esas noches en las que el frescor ha invado mi msn. Dos o tres personas nuevas que me cuentan cosas diferentes sin hacer preguntas típicas y aburridas.  El nen trabaja, el perri igual y como siempre los echo de menos. Como dije una vez, en nuestra amistad no hay reglas, sólo excepciones.

Hoy es la noche perfecta para resumir estas curiosas e intensas navidades. He viajado muchos kilómetros y me he mojado bajo la lluvia de distintas ciudades, aunque sólo he pasado frío en una.  He hecho y deshecho la maleta unas 5 veces y siempre me ha costado cerrarla a la vuelta. He viajado con gente hipermega pija incapaz de quitarse sus visones durante 4 horas de viaje y con gente que llevaba su vida en una mochila raida que ha conocido muchos aeropuertos.

Conclusiones para este cierre y apertura de año:

– Viajar temprano es  maravilloso, sobre todo cuando te ofrecen un café estupendo que hace que todos los pasajeros sonrían y se olviden del madrugón.

– Intercambiar el mp3 con un desconocido con el que compartes asiento es una idea divertida que todo dios debería probar alguna vez en su vida. No garantizo que guste el resultado, pero si os abrirá la mente. Eso sí, si lo intercambiáis con la tipa que lleva la revista «Hola» bajo el brazo, luego no os quejéis cuando en su mp3 no pare de sonar la Pantoja o cualquier triunfito. Es como elegir un amante de una noche: debe ser elegante, intenso y golfo.

– La comida japonesa sigue siendo mi elección favorita para cualquier época. Y más en ésta donde todo dios se hincha a cordero y percebes que no pueden pagar.  No entiendo cómo la gente puede comer tanto y sobre todo, sin sentido. Que el mundo no se acaba…

– Recordar el pasado verano con Jokerman y nuestras aventuras en parques, columpios y esquinas incluidas fue como comerse una tostada caliente rebosando mermelada de cerezas. Sus mensajes de estos días me han hecho reir sin parar mientras mis compañeros de viaje me tomaban por loca. («Loca», no he podido evitarlo, Mr. Tambourine man 😉 )

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Iba a seguir con las conclusiones cuando alguien me ha preguntado que por qué casi no hablo de mí en el blog. Yo creo que sí hablo de mí, aunque la mayoría de veces hay que saber leer entre líneas y no todo el mundo lo percibe. Quien me califica de «tupperware» por lo hermética que soy está en lo correcto. Pero he visto cómo la gente se endulza y disfraza para obtener de todo: información, un teléfono, un msn, un polvo… y si hay algo que tengo claro es lo que NO quiero. Siempre recuerdo una frase de Alex: «Un hombre es capaz de atravesar una piscina llena de vómito para echar un polvo».

Hablo con mucha gente pero tengo claras mis elecciones.  Sé quién me gusta y quién no.  Sé con quién quedo y con quién no. Sé quién ha sido sincero y quién se monta películas. Sé quién pretende jugar al ratón y al gato sin darse cuenta de que sus movimientos son previsibles. Sobre todo, sé que no me autoengaño. Y, creedme, a veces es una putada contar con tanta información.

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Las fotos… para estar hechas con el móvil no quedaron mal.

El tiempo que me acompañó en uno de los viajes, tanto ida como vuelta. Ideal para aprender snow entre golpe y golpe…



La costumbre de «hacer mía» cualquier habitación de hotel dejando mis cosas por todas partes…


Las vistas desde cierto hotel de una ciudad que siempre me acoge con sus brazos, gentes, drogas y garitos abiertos, sea la hora que sea…

La vida está llena de copas de más…

Lo que a las 10 es un 5, a las 5 es un 10…

La noche antes de volver definitivamente a casa, tirada en un sofá de la habitación de otro hotel, comiendo un sushi excelente y leyendo Esquire, a la que, por cierto, me he suscrito. Es curioso que sea una revista exclusiva para hombres pero que la mitad de la plantilla de redacción son mujeres… La recomiendo pero sólo para mentes inquietas y con una pizca de buen gusto.


Obviamente hay otras fotos, sí. Ya sabéis lo qué tenéis qué hacer, no?


Frase de la noche, casi ya amanecer:

«Mery, eres una punkie de terciopelo»

Prácticamente está todo listo. Sólo falta el nombre.

Me encanta esta imagen. Y es tan, tan adecuada…


minuevoblog

ROOM OVER BOURBON STREET…

Publicado: 10 agosto 2009 en La Rebelión De Las Masas
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090809

He regresado más o menos. Todavía me queda una semana entera de vacaciones que dedicaré al maravilloso placer de no hacer nada.

En el vieje de vuelta he creado un boceto mental de lo que podría llegar a ser el blog de sexo ya comentado en otros post. Y cuando me paré a pensar en qué historia lo abriría,  el nombre de Eduardo aparecía una y otra vez. Por eso sé que, llegado el caso, su historia-mi historia-nuestra historia- inaugurará dicho blog.

Por cierto, se llama Eduardo de verdad. Primero pensé en poner nombres ficticios pero, tsé, la vida ya es bastante falsa como para añadir algo más. La otra opción que tenía era escribir las iniciales, pero señores, esto no es el típico libro escrito por la modelo – antes puta- en sus ratos libres, y medio inventa un best seller para hacer caja. Así que, como dice Calamaro, prefiero la «honestidad brutal» y los nombres, canciones y alguna que otra fotografía serán reales.


Llegados a este punto, surgen varias preguntas:

– ¿Nombre del blog? por supuesto se aceptan sugerencias. Me gustan las palabras intensas, sonoras y muy elegantes.

– ¿Haré saber a Eduardo- u otr@s protagonistas- que varias de nuestras aventuras sexuales van a ser de dominio público? ¿Debería? ¿Sí/No/NsNc?

– ¿Qué criterio debo seguir para darte acceso al nuevo blog? Porque me caes bien? porque me odias? porque te gustaría salir en él? porque necesitas leer algo a parte del Marca/Revista del corazón? Porque crees que puedes aprender/enseñar algo a la autora? Porque qué…

Me acabo de poner en los cascos una de mis películas favoritas para que amortigüe el ruido del teclado y me haga compañía. En los últimos días la he visto/oído unas 6 veces. No hay más razón que la de una nostalgia absurda y calmante que a veces necesito.

Si hace un tiempo dije que la musa se había ido de vacaciones, ahora me reafirmo y quizá haya ligado con algún fuego fatuo y anden haciendo dios sabe qué. Por cierto, yo nunca pongo la palabra dios con mayúscula como hace todo el mundo. Anda que no me he llevado broncas en el colegio por eso. Mi explicación años después sigue siendo la misma: ¿no dicen los católicos que dios hizo al hombre a su imagen y semejanza? pues eso. La palabra «hombre» se escribe con minúscula y para equilibrar un poco la balanza yo hago exactamente lo mismo con la palabra «dios».

Mientras vuelve la musa, me nutro de lecturas ajenas y de mi incombustible Murakami que cada día me enseña más. Aprendo música nueva con el nen y me alejo cada vez más de mundos pixelados. Debe ser la desidia del verano.

Le debo a alguien una explicación acerca de la diferencia entre ausencia y pérdida de memoria. Yo creo que hay una enorme diferencia.

Para explicarlo de manera sencilla, imaginaros un tren de mercancías que corre por la vía. El cargamento de uno de los vagones desaparece. Queda el vagón vacío que ha perdido la carga, y aquí puede hablarse de «pérdida». Si hubiese desaparecido no sólo la carga sino la totalidad del vagón, entonces cabría hablar de «ausencia».

Estoy un poco cansada de las rémoras disfrazadas de «súpermegachachi».

Odio las casas esas que tienen un mueble enorme en el salón lleno de figuritas imitación Lladró, recuerdos de las 3 BBC (bodas-bautizos-comuniones) y mesas con pesados ceniceros de cristal que brillan casi tanto como la ausencia del buen gusto. Algunas incluso coleccionan buhos o campanitas. Es desquiciante.

19072009

Llevo unos días pensando en abrir un blog paralelo exclusivamente relacionado con el sexo. Para lo bueno y para lo malo. Hasta el exceso, como a mí me gusta. Me conozco y sería un blog descarnado, muy elevado de tono, lleno de realidades y detalles. La idea casi me asusta hasta mí, y mira que eso es difícil. Obviamente no estaría publicitado en sitio alguno ya que hay mucha hormona con patas asomada a esta ventana. Casi lo concibo como un club vip con una selecta puerta de entrada. Estoy segura de que muchas personas se escandalizarían sin dudarlo y lo tacharían de pornográfico. Lo más gracioso es que no estarían mintiendo. Quién sabe.

Este fin de semana creo que iré a Bilbao, a la Euskal Party. A ver si allí me motivan lo suficiente como para decidir si inauguro o no el paraleló erótico a este blog y de paso veo a la gente de Blizzard .

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P.d. Me pregunto si del blog X también me copiarán partes como hacen con éste. Todo se sabe, señores…

P.d2. Hace poco, alguien me regaló esto. Ojalá algún día lo escriba en un papel y me lo de.

«Somos la combinación más perfecta de todo lo que nos forma, un solo fallo en cada una de las infinitas interacciones que nos han llevado a ser como somos hoy y ni siquiera existiriamos. Somos una posibilidad entre infinitas. Somos polvo de estrellas, tenemos la misma composición que los diamantes y somos fruto de una ardiente explosión.
¿Qué más necesitamos?»